Colorado. USA. 14 de Febrero al 2 de Marzo de 2006
Fijando un punto en el tiempo de esta peripecia que ahora narro……….. podríamos empezar diciendo que corría el final de la primavera del 2005 cuando Elías me llamo, para recabar información y preguntarme algunas cosillas sobre La Cordillera Blanca, él y su mujer Bridget tenían intención de viajar a Perú ese mismo verano.
Bridget es de Minesota y aunque este estado dista mucho del de Colorado, esta pareja apasionados de la montaña buscaron trabajo y posibilidades cerca de las Montañas Rocosas y terminaron trabajando en Colorado Springs.
Aparte del típico contacto con Elías por correo electrónico tuvimos la oportunidad de vernos e intercambiar ideas, información y comentarios sobre la actividad que ese verano tenía pensado realizar por el Perú. En estos calentones varios de cabeza ya le comente a Elías mi idea e intenciones de viajar a escalar a Canadá y en este momento empezó a tomar nombre y fundamento la idea y alternativa de viajar a Colorado.
Ese verano Elías y Bridget subieron entre otros al Tocyaraju, Artesonraju, etc., vaya que les pinto genial.
A medida que pasaba el tiempo la idea de viajar a Colorado iba cogiendo fuerza, empezamos a hablar de fechas que convendrían más, pues la idea que yo tenia era la de ir a escalar en hielo visitando algunas de las típicas zonas de escalada de los Estados Unidos para la practica de esta disciplina.
Pues dicho y hecho en uno de esos calentones sin retroceso, por el mes de Noviembre reserve el vuelo para el mes de Febrero de 2.006 que con escala en Philadelfia me llevaría hasta Denver a unas dos horas en coche de Colorado Springs.
Después de lo que supusieron los preparativos, el organizar las cosas, familia, casa, trastos, tema laboral, etc.,…. Febrero llego, y llego el día 14 día de los enamorados en el que Celia me llevaba sonriente a la Terminal 1 de Barajas donde también nos esperaba Cristina hermana de Celia que amablemente fue también a despedirme antes de embarcar en el Boeing 767 de la Compañía US. Airways camino de USA.
7:30 horas de vuelo inicial me dejaron en el aeropuerto internacional de Philadelfia, desde el que tomaría un segundo vuelo de otras 4:30 horas con destino final en el moderno aeropuerto de Denver, donde Elías amablemente estaba esperándome para llevarme hasta su casa en Colorado Springs.
El cambio de hora, un medio constipado que muy oportunamente estaba fraguando unos días antes por España me hicieron estar atontado durante un par de días en Colorado.
Llego el momento y empezamos a preparar todo lo necesario para nuestra primera salida y objetivo fijado claramente…….nos íbamos hasta Ouray, este conocido pueblo del oeste americano alberga en Las Montañas de San Juan que le rodean un cañón en el que un antiguo sistema de tuberías utilizadas originalmente para la explotación minera recorre esta zona de minas en la conocida fiebre del Oro. Actualmente y gracias al trabajo inicial de Jeff Lowe y escaladores locales, este sistema de tuberías se ha adaptado para generar con el frió reinante en la región un espectáculo de cascadas que recorren todo el cañón, el lugar se conoce como Ouray Ice Park y es un autentico paraíso para iniciarse, practicar y evolucionar con la escalada en hielo.
En este lugar son ya varios los años que se realiza alguna prueba de la copa del mundo de escalada en hielo, gracias a sus excepcionales característica y condiciones para la escalada.
El viaje hasta Ouray desde Colorado Springs dura entre 4 y 5 horas de coche, donde se recorre todo un recital de pueblos que todos alguna vez podemos a ver escuchado en alguna película del Oeste: Pueblo, Cañon City, Salida, Gunnison, Cimarron, Montrose, Ridgway, etc.
Gracias a que Elías había adquirido recientemente una furgoneta tipo Voyager habilitada para meter dentro una colchoneta y todo el material necesario con mucho espacio y comodidad este vehiculo nos ofrecia la posibilidad de ir a nuestro aire por doquier.
Una vez llegamos a Ouray, nos instalamos en las inmediaciones de una mina de oro abandonada donde pasamos la noche sin mayor problema.
Ya por la mañana y después de un buen desayuno, estábamos preguntando en el pueblo sobre la situación de las cascadas, “ 2 minutos siguiendo la carretera”………….ya estamos aquí…….Efectivamente ahí estaba el parking y nosotros flipados por la proximidad de las cascadas que ya se veían desde el mismo coche.
Existen entre 12 y 15 sectores y puedes tardar desde 1 minuto a 30 en aproximarte a las zonas de escalada. Las dificultades y longitudes varían según los sectores.
En el Pueblo de Ouray la tienda de montaña Ouray Mountain Sports venden diversas guías de la zona. En esta tienda tambien tuvimos la oportunidad de ver en vivo el Piolet de Oro 2.006 que dejo alli Vince Anderson.
Nuestra idea inicial era ir reconociendo el terreno, esto nos servia para ir viendo los accesos, reuniones, árboles, descuelgues, tuberías, en definitiva hielo por todos lados.
Después de recorrer un poco de cañón localizamos una zona libre, donde rapelamos para ver que visión teníamos desde abajo.
Jose Mari. El río que recorre el cañón desprende un fuerte olor, parece que son aguas con alto contenido en azufre. En Ouray existen baños públicos termales.
Enseguida estábamos aporreando el hielo, en un primer momento la escalada nos resulta algo extraño, pues es muy desigual, en una misma cascada tan pronto metes medio piolet hasta el fondo como esta tan duro y quebradizo que te dan ganas de salir corriendo por patas de allí.
También rápido empezamos a conocer gente, gracias al estupendo dominio del idioma y simpatía de Elías. Yo me conformaba con dar coba a los que estaban aprendiendo español y querían que les contase algo. (Hola, que tal, adiós, hasta la vista, como te llamas, etc.….) Americanos, Ingleses, Rumanos, Españoles, allí había mucha y muy variada gente.
Respecto a la meteorología no nos trato mal, hacia frió pero no en exceso Elias sol y buen tiempo eran la tónica general, aunque nevó.
Después de estar el invierno escalando sin dragoneras y de primeros, la falta de confianza no nos dejo soltarnos en esta zona y aunque escalamos mucho no lo hicimos de primero en ningún momento y no éramos los únicos, podemos decir que veríamos dos o tres cordadas escalando de primeros y algunos con un despliegue fotográfico majete y otros reculando a cada metro. (Lo desigual del hielo que comentaba antes no daba muchas garantías).
Por reflejar algunas cascadas de la zona que pudimos subir:
Whitt´s World WI3-4 –
Were Lindex WI4-5
Reading WI3-4
Fingerbang WI4-5
Up Yours WI4-5
Trapper Keeper W3
Chickerlover W3
Después de nuestra estancia por unos días en este territorio tocaba la vuelta a Colorado Springs.
El ultimo día en Ouray y luego en Colorado estuve un poquito convaleciente tras no currarme plenamente me paso factura teniendo que volver más rápido de lo previsto, dejando a Elías con mas ganas de hielo….
Elías que tenia que trabajar no paraba de compaginar sus dos trabajos con querer que me recuperase pronto y que realizásemos alguna actividad.
Enseguida llego el momento de realizar más preparativos para salir hacia otra zona, después de consultar guías y mapas, salimos zumbando para el pueblo de Vail, otra conocida zona por sus estaciones de esquí y por el potencial en escalada del hielo y mixto.
Vail esta a unas tres o tres horas y media de Colorados Springs, pasando por Denver y cogiendo la autopista I-70 que recorre Estados Unidos de costa a costa y que es conocida en esta región por recorrer diversas zonas donde es mas que visible la formación de cascadas de hielo.
Una vez en Vail tuvimos algún que otro problema para encontrar aparcamiento para pasar la noche, la gran nevada que tenían las calles hacia imposible encontrar un sitio por tal cantidad de nieve.
Hacia mucho frió en Vail. Cuando amaneció y vimos que los -17 grados en la calle y -13 dentro de nuestra casita nos generaba una aguda pereza, nos costo arrancar ese día esperando sin éxito que el Sol nos calentase un poco los entumecidos cuerpos.
Ya cuando llego un grupo en el que un escalador checoslovaco (residente en USA) nos animo con sus explicaciones de acceso a los sectores, fue el empujón para salir en busca del hielo de Vail, dejando el solete del aparcamiento.
Tras una corta aproximación que oscila según la zona entre 15 o 30 minutos pudimos llegar al sector más conocido. ….. Allí estaban….. The Fang, The Thang, Octopussy, The Rigid Designator, Spiral Staicaser, Secret Probation, etc….Menudo espectaculo.
Con la boca abierta nos acercábamos a la base de estas cascadas observando detenidamente sus formaciones y pensando en si seriamos capaces y las condiciones nos permitiesen de escalar alguna de estas cascadas.
Jose y Elias en Vail.
El estar allí me hizo recordar un libro "Ice World" (El Mundo del Hielo) que Fernando compro hacia ya unos cuantos años en la librería Desnivel sobre escalada en hielo, no sin antes haberle devorado con nuestros ojos, recordaba esos momentos de ansiedad pensando en esas imágenes del maestro Lowe sorprendiendo al mundo escalando Octopussy e instruyendo en la escalada por diversas rutas en La Meca del Mixto “Vail”, Colorado…… estábamos allí mismo, ……..el sueño se estaba cumpliendo,
Después del vistazo inicial y el susto en el cuerpo viendo aquello nos pusimos manos a la obra escalando el hielo, probando el mixto, etc… Mixto en Vail. José Mari.
El día fue productivo y con el consiguiente cansancio nos fuimos tan contentos a visitar la villa de Vail.
Al día siguiente más de lo mismo, esta vez y para empezar nos animamos directamente con toda una clásica, The Rigid Designator donde disfrutamos de su bonita y mantenida escalada y así durante el resto del día hasta que el cuerpo aguanto. Falto que The Fang estuviese con un minimo de condiciones, para darla un tiento, Elías que la tenia muchas ganas tubo que replegarse para otra ocasión.
Una vez satisfechos en esta zona nuestros pensamientos sopesaban visitar otros condados como Glenwood o Rifle.
Otra vez por la I-70 en busca de más hielo el recorrido por la autopista nos sorprendió enormemente por la belleza de los paisajes con algunos tramos muy encajonados y realmente bonitos.
Por la primera zona en transitar Glenwood nos desilusiono ver que las cascadas estaban caídas, entonces continuamos por la I-70 esta vez en una zona de menor altitud, el pueblo de Rifle nos daba la bienvenida, típico pueblo del Oeste americano hasta en el nombre. En primer momento nos hace dudar el paisaje de que allí podamos encontrar algo de hielo, consultando las guías y el mapa vemos por donde adentrarnos en el parque estatal de Rifle Mountain Park que es donde se localizan las cascadas.
Ya oscureciendo nos adentramos en el parque sin pagar el correspondiente precio de acceso y con el miedo de encontrarnos con el servicio de vigilancia del parque que nos explicaría la sanción por no pagar la entrada.
Poco a poco nos adentramos por un bonito y encajonado cañón, hasta ese momento no habíamos visto ni nieve, lo que hace mostrarnos incrédulos ante la posibilidad de ver hielo. A partir de un punto mas encajonado encontramos nieve y localizamos la primera cascada de hielo a nuestra izquierda, (la temperatura entre 0 y -1)
Las formaciones de hielo no parecían tener mucha consistencia, formadas irregularmente y sin llegar a soldar en las partes superiores no influían mucha confianza. Después de recorrer el cañón, con la noche encima y habiendo comprobado que todas las cascadas estaban de forma similar decidimos dar media vuelta y pasarnos por Rifle en busca de un lugar donde cenar.
Recorrimos las calles del pueblo sintiéndonos auténticos forasteros en busca de un sitio donde parar, nos colamos en un bareto, donde la gente de la barra nos miraba, la camarera muy amablemente nos indico donde tomar asiento.
Tras llenar la barriga optamos por deshacer lo andado, pero esta vez con intención de atravesar las rocosas por un puerto de mas de 3.000 mts de altitud por la zona de Aspen que nos daría acceso a la zona de escalada de Lincoln Fall, Elías concia este puerto y comentaba que merecía la pena visitar por su belleza, pero la información que consultamos sobre las condiciones de la carretera nos decía que el puerto estaba cerrado y tuvimos que cambiar de paso.
En todo esto tentamos la suerte hasta en dos ocasiones con la policía del condado de varios pueblos, que nos paro y llamo la atención amablemente y la tercera vez falto poco para ser realidad.
Esa noche dormimos en el parking de una estación de esquí de Breckenridge de ahí salimos hasta las cascadas de Lincoln Fall. Elias Lincoln Fall.
Lincoln Fall, bonito, apartado y poco visitada zona que se encuentra en la base del monte Lincoln.
Nuevamente pudimos disfrutar de hielo en cantidad con cascadas que variaban entre grado 3 y 5 con rutas de varios largos y vistas agradecidas de la zona.
Desde aquí el camino a Colorado Springs no distaba mucho y optamos por llegar hasta casa ese mismo día después de sentirnos satisfechos por lo escalado.
El día siguiente ya en Colorado y con Elías que estaba libre de trabajo lo aprovechamos en visitar las zonas de Garden of the Gods (El Jardín de los Dioses) y otros lugares que Elías visita habitualmente y quería enseñarme y que yo agradezco enormemente pues eran sitios muy bonitos y dignos de ver.
También aprovechamos para hacer alguna compra.
Sin darnos cuenta se paso el último día dedicado al ocio y al día siguiente tenia que preparar todo para salir zumbando en el bus hasta Denver donde cogeria el avión .
Una ultima cena de despedida con Bridget y Elías en su casa puso punto y final a mi estancia en su casa donde me acogieron tan amablemente.
Al día siguiente Elías me llevo hasta la parada de bus, el resto normal dando vueltas como un peón por los aeropuertos para buscar la zona de embarque, deshacer el petate tres veces para repartir el peso en dos bultos por exceso de peso delante de los mostradores y paisanos de la compañía aérea, me pusieron un guía para llevarme hasta la misma puerta de embarque en Denver y por ultimo en Philadelfia que por no fiarme de que el equipaje hiciese trasbordo como yó me salí de la zona y tuve que entrar nuevamente por el control de seguridad donde me tuvieron retenido bastante porque en mi mochila de mano había algo sospechoso y no pararon hasta que encontraron que era lo que pitaba…..
Un pequeño llavero navaja de regalo se coló entre las costuras de mi mochila centenaria que hizo saltar las alarmas y me estuvieron vaciando y registrando todo hasta que apareció. La navaja se tuvo que quedar en USA pues no tenia tiempo de enviarla por correo, casi pierdo el avión llegando justo para embarcar.
Después en Barajas tan contento cuando vi que estaba Celia y mi Madre esperándome.
Muchas Gracias a Elías y Bridget que me ofrecieron esta posibilidad me alojarón en su casa y facilitarón todo en mi estancia con ellos.
Celia por los animos he ilusión compartida en todo momento para realizar esta actividad.
Familia por dejarme compartir todo esto con vosotros y en el fondo entenderme.
Todos vosotros amigos míos que compartimos estos y otros calentones de cabeza los cuales poco a poco vamos realizando y compartiendo ilusiones.
Carlos que me presto sus piolets y ganas de disfrutarlos