Ya de vuelta en Segovia, y tras una intensa semana vivida en los Alpes italianos, los componentes del CD Aguacero, Carlos Puerto y Juan Ayuso nos relatan su expedición a la gran montaña, rodeada de historia y míticas exploraciones con los más grandes alpinistas de todos los tiempos.
Ésta actividad ha sido subvencionada en el calendario del CD Aguacero del año 2.010 por el IMD, Segovia 2016 y el Ayto de Segovia
El Monte Cervino de 4.578m de altitud, situada entre la frontera Suiza-Italiana, es una montaña que es imposible de acceder en verano por la gran afluencia de personas que se disponen a ascender por las vías normales. Los intereses económicos sobrepasan a los propios deportivos y las empresas quieres subir a sus clientes a toda costa, poniendo en grabe riesgo y peligro a los montañeros que suben por su cuenta.
Por tal motivo, el gran reto de ésta expedición era ascender el Cervino en una époco difícil, casi imposible y con una dificultad extrema, dadas las condiciones de la vía.
En verano está tremendamente equipada, pero ahora no se aprecian por ningún sitio, las maromas, cuerdas, cadenas, etc… simplemente se convierte en una montaña virgen y con un alto riesgo en todo momento.
Todo comenzó el día 27 de febrero cuando partieron de Segovia con destino la localidad suiza de Zermatt. Tras un largo viaje de más de 18 hs, llegaron cansados pero con muchas ansias de atacar la gran montaña Helvética.
El día 1 de marzo y tras madrugar, cargaron las mochilas y subieron hasta Zermatt en los medios que hay taxi, o tren, ya que el transporte privado está prohibido, excepto para los residentes.
Para llegar más rápido a la montaña cogieron el teleférico que usan los esquiadores y que les situó a una altitud de 2.583m en la zona llamada Schwarzsee paradise, a partir de aquí comenzaba una larga
ascensión hasta llegar al primer punto de referencia y que sería su campo base, el refugio Hornly-Hutte a 3.260m.
En época estival, éste trayecto se realiza en unas 3 hs y en las condiciones que se encontraron todo, tardaron 5 hs marchando a buen ritmo, buscando la ruta, y realizando pasos precarios de cuarto en mixto (mezcla nieve, roca y hielo).
Un duro trabajo abriendo huella, con más de metro y medio de nieve.
Al llegar al refugio, solo quedaba tiempo para reponer fuerzas y descansar. Preciosas vistas de los grandes picos, todos de más de 4.000m con el Cervino y Monte Rosa como anfitriones de excepción.
Las temperaturas no subían de los -14 ºC y por la noche llegaron a -25 ºC
Por suerte y dada la masiva afluencia de gente en las pistas de esquí, la cobertura estaba al máximo y gracias a ello, desde Segovia nos iban informando de la meteo que íbamos a tener a través de SMS.
La previsión antes de partir, indicaba que el día 2 de marzo iba a ser la mejor para realizar una aproximación a cumbre, pero en éstas montañas y altitudes, lo que hoy es blanco, mañana es negro oscuro y éste fue el caso. Éstas indicaban que iba a amanecer con vientos fuertes y niebla hasta medio día. Y así ocurrió. Amaneció un día oscuro y nevando, acompañado de fuerte ventisca lo que hacía que el avance en montaña fuera muy peligroso.
La ascensión a partir del refugio es en una arista, con un vacío enorme tanto a derechas, cara norte del Cervino, como a izquierdas, cara sur.
Se lo tomaros con mucha tranquilidad y salieron del refugio sobre las 8 de la mañana, con la mochila ligera y con el propósito de reconocer la ruta en la arista y posible llegada a la cabaña Solvey (4.002 m), posible destino del segundo día.
Nada más salir, las fuertes ráfagas de viento, los tiraban para atrás a lo que se añadía el abrir huella de más de un metro. Pronto llegaron al paredón real del Cervino, todo vertical y con 1.200m de piedra encima.
Fueron avanzando por las primeras maromas y realizando toda la ascensión por un terreno mixto de gran dificultad y siempre con el vacío bajo los crampones.
Tras 500m de ascensión, llegaron a unos resaltes rocosos que se hicieron imposibles por las rachas de viento y el manto inestable que empujaba hacia abajo en todo momento.
Con ese telón de fondo poco más podían hacer y avanzar en la montaña y por tanto no quedó más remedio que darse la vuelta, volver al refugio y esperar a que el tiempo y las previsiones cambiaran.
Por la tarde el tiempo aclaró, pero no el viento. Nuevamente a descansar y reponer fuerzas.
Al día siguiente, 3 de marzo, se volvía a tener conocimiento que el tiempo empeoraba, y no solo para ese día sino para los cuatro o cinco siguientes. Todo estaba decidido y no había manera de cambiarlo, no por los alpinistas sino porque hay que ser realistas y pensar sobre todo en la seguridad y en la responsabilidad de lo que se hace.
Salieron del refugio sobre las 8 de la mañana, con vientos de más de 80 km/h acompañados de la nieve que caía en todo momento.
Una dura bajada que se tuvo que realizar hasta la propia localidad de Zermatt, dado que a causa de los fuertes vientos, las cabinas del teleférico estaban sin servicio.
Una bonita experiencia en una gran montaña, que sin tener mucha altitud, es impresionante a lo que sumadas las condiciones del tiempo, la hicieron realmente dura.
Ya se está promoviendo otra intentona, pero también en condiciones invernales.
Gracias a todos los que nos han apoyado y estado pendiente en todo momento.
Fuente: cplaconquista.com y CD Aguacero