CSIC y los ecologistas ven inviable la estación de esquí de Leitariegos. Los reparos de los científicos y los conservacionistas se extienden a la instalación de San Isidro.
Un estudio realizado por geógrafos y biólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha pronosticado que, durante el siglo XXI, el aumento de la temperatura en las montañas de todo el planeta será más del doble que en el siglo pasado.
El estudio prevé que, para el año 2055, se produzca un aumento en la temperatura de las montañas de 3,2 grados centígrados (0,4 grados de aumento por década). Durante la segunda mitad del siglo XX el aumento fue de 0,65 grados (0,13 por década). Este calentamiento podría influir en una mayor variabilidad de los caudales de los ríos, la posible modificación de los patrones de gestión del agua en los embalses, una probable mayor necesidad de construcción de presas y más inestabilidad en la producción de energía hidroeléctrica. Para los científicos, los impactos en los recursos hídricos estarán relacionados con la reducción o desaparición de los glaciares y de las cubiertas de nieve, tanto en su duración a lo largo del año como en su espesor, lo que podría provocar la extinción de especies alpinas, que no encontrarían las características ecológicas necesarias para su supervivencia.
En base al citado estudio, la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica ha advertido de que las estaciones de esquí situadas más al occidente de la cordillera Cantábrica (Leitariegos y San Isidro), al encontrarse situadas por debajo de los 2.000 metros, experimentarán en los próximos años una reducción de los espesores y de la duración del manto de nieve, por lo que su papel como factor económico y dinamizador de los ámbitos montañosos podría quedar en entredicho, así como su rentabilidad, sobre todo la de Leitariegos, en pleno proceso de expansión.
Los datos del artículo, que se publicó en el último número de «Journal of global environmental change», demuestran, según señalaron a este diario los responsables del colectivo proteccionista, que los impactos futuros en las montañas serán mayores con una economía basada en el consumo de petróleo. Ante esta amenaza, los investigadores del CSIC opinan que es necesario desarrollar programas y marcos específicos de investigación para zonas de montaña, con el objeto de evaluar los impactos del cambio climático, y desarrollar además las estrategias adecuadas de mitigación y adaptación al cambio climático, como la reducciones de emisión de CO2.
Por otro lado, desde la Plataforma para la Defensa han asegurado que los complejos de Leitariegos y San Isidro no son una necesidad social ya que, desde su punto de vista, con el caudal público que mueven no se generan beneficios económicos que se puedan reinvertir en los ciudadanos.
«Tomando los presupuestos de la Diputación de León de los años 2005 y 2006 para comprobar qué cantidades se destinaron a gastos en ambas estaciones invernales y qué ingresos se preveían en las mismas, nos encontramos con unas cifras claramente significativas: en ninguna de las instalaciones los ingresos superan a los gastos. En Leitariegos, los gastos corrientes asociados a la inversión real son muy superiores a sus ingresos. En San Isidro, ocurre lo mismo con gastos e ingresos corrientes, si bien, en el caso de los de capital, se beneficia muy ligeramente de la venta de parcelas y derechos de superficie a particulares en los que se han invertido -y se siguen invirtiendo- previamente importantes cantidades de caudales públicos para su posterior venta a particulares», señalaron los máximos responsables del colectivo proteccionista.
Y los ecologistas añadieron: «nos encontramos con que las prestaciones básicas de ayuda a domicilio se presupuestan con 5,5 millones de euros, que es casi la mitad del gasto de ambas instalaciones. Pero, si sumamos gastos corrientes destinados a centros de Educación Especial concertados y los destinados a actividades en centros de discapacitados, obtenemos un total de 105.866 euros, menos que la dotación de material para San Isidro».
Fuente: Nevasport y La Nueva España